Un colega maestro, reciente como yo en la pedagogía Freinet, nos decía que la idea de "ceder la palabra a los niños" le parecía un protocolo innecesario. Para él es suficiente con "escuchar a los niños".
Chela De Tapia andaba por ahi y se acercó para hablar con nosotros. "No basta con escucharlos", dijo. Hay que ser un buen maestro para ligar las inquietudes de los niños con el currículo escolar. "Pepe (José De Tapia) era el mejor haciendo eso".
El currículo escolar es aquella parte oscura, pesada, diseñada por gente que hace mucho tiempo ha olvidado lo que es ser niño. Y agregaba Chela: "los que diseñan el currículo escolar creen que su labor es decidir lo que los hijos de la patria deben saber; ¿y qué deben saber los hijos de la patria? El nombre de los padres de la patria".
Hay que poder integrar los temas que son apasionantes para los niños con el punto académico del día.
Un gran problema en México desde el auge de las "escuelas alternativas", continúa Chela, es la idea de una clase en la que los niños deciden qué hacer y cuándo hacerlo. Eso tiene muy poco que ver con la pedagogia Freinet.